jueves, 9 de julio de 2015

La Comunidad y la Iglesia Ortodoxa Rumana en Venezuela


Junto al Padre Costica Popa,Padre Espiritual y Maestro, en tiempos cuando era Subdiacono de la Iglesia Ortodoxa Rumana en Caracas (La Lagunita).Hoy,para la Gloria de Dios, al servicio de la Iglesia Ortodoxa Griega del Calendario Patristico (GOX) y bajo el omophorion de nuestro Metropolita Chrysostomos con sede en el Ecuador



La Comunidad y la Iglesia Ortodoxa Rumana en Venezuela.
     El primer contacto con un templo ortodoxo rumano lo tendríamos en el año 1997 en la ciudad de Sofía en Bulgaria en el bello templo de la Santa Trinidad ubicado en la calle Kniaz Boris en pleno centro histórico de Sofía cerca de la Mezquita, la Sinagoga Sefardí y los baños turcos todos ellos en el boulevard de María Luisa. Este antiguo templo nos llamó la atención por sus hermosas alfombras “Kilims” de colores resaltantes en los que destacan el rojo y el azul una bella imagen del caleidoscopio oriental que conocimos en esta bella ciudad caracterizada por su histórica tolerancia religiosa. Esta visita parece marcar también la ruta de esa ortodoxia anhelada por nosotros y que llegaría para quedarse en medio de nuestros corazones.
      El Patriarcado de Rumania es creado en 1925 tras unificaciones y el establecimiento del estado moderno rumano. Importante su presencia en Venezuela no tanto por el número de sus fieles sino por hallarse en nuestro país  uno de los templos ortodoxos más interesantes de América Latina, el templo “San Constantino y Santa Elena”. La presencia rumana en Venezuela se remonta a los primeros años del siglo XX y girará también en torno al influyente “Círculo de Bellas Artes” de Caracas con el pintor rumano de origen judío Samuel Mutzner quien naciera en Bucarest en 1884  y arribo a Caracas en 1917  quien junto a Nicolás Ferdinandov compartirá experiencias pictográficas con el mar del oriente venezolano, especialmente en Margarita y Carúpano, regresando a Europa en 1920 donde conocerá a su esposa la pintora rumana Rodica Maniu. Es de destacar su obra “Capilla del Cristo” expuesta en Puerto Rico en 1916. La inmigración rumana en Venezuela es similar a la de los demás países del centro y este de Europa teniendo su mayor auge en la post-guerra y tras la instauración de  gobiernos aliados a la Unión Soviética. Un país de gran dimensión que alberga la segunda gran población de ortodoxos después de Rusia. Muchos de los rumanos que llegaron a tierras venezolanas eran de origen griego, judío o eslavo sin embargo la inmensa mayoría procede del pueblo latino de Rumania y profesa la fe ortodoxa. Tras la pérdida de territorios por parte de Rumania algunos  de sus sitios de origen quedaron dentro de lo que es hoy en día Moldavia, Hungría y Ucrania.
             La población ortodoxa rumana en Venezuela se caracteriza por su variedad de profesiones y oficios destacándose entre ellos: comerciantes, científicos y artistas quienes habitaron las principales ciudades como Caracas, Valencia, Barquisimeto y Maracaibo. A partir de la década del cuarenta se congregarían junto a la comunidad ortodoxa rusa en Catia hasta la llegada del primer misionero ortodoxo rumano, quien llegaría junto a su esposa, el Padre Costica Popa en 1968.
     De esta comunidad quiero mencionar a dos personas en particular que han hecho labor de escuela en nuestro país, uno en el campo de las Artes Escénicas como lo es el Maestro Romeo Costea quien llegó al puerto de la Guaira el 23 de diciembre de 1953 y quien se quedó “para siempre” en estas tierras. Destacado Profesor de Teatro y Actor, ganador del Premio Nacional de Teatro de 1996 otorgado por el estado venezolano a los valores de la nación es además fervoroso fiel y colaborador de la Iglesia Ortodoxa Rumana desde los tiempos del Padre Costica Popa. Otro valor de la cultura y el canto lírico en Venezuela es la soprano venezolana oriunda de Timisoara, Rumania, Irina Nicolescu  de Tapias, cantante destacada en la interpretaciones de obras sinfónicas entras las que podemos destacar la octava sinfonía de Mahler  representada en 1988 así como en el canto del Lied y la Canción  ademas de la ópera. Actualmente dedicada a la enseñanza del canto y establecida junto a su familia en el estado Carabobo.
      Con la llegada del Padre Costica Popa procedente de Rumania en 1968 inicia la presencia del Patriarcado de Rumania en tierras venezolanas. Anteriormente en la década del cincuenta el Padre  Luga Samoila había hecho presencia misionera en Brasil y las Guayanas , sin embargo el Padre Costica Popa haría una importante misión en Venezuela hasta ver concluido el bello Templo de San Constantin y Santa Helena en la Urbanización La Lagunita en el Hatillo en las afueras de la ciudad de Caracas en 1999. Más de treinta años de congregar a la comunidad en torno a la Divina Liturgia, bendiciones de hogares, matrimonios, bautizos y entierros en fin todo lo relativo a la vida familiar del cristiano ortodoxo y su entorno eclesial.
            El Padre Costica Popa nace en la ciudad de Buzau (Buzeu) en Valaquia, Rumania, el 26 de marzo de 1925. Ordenado Sacerdote el 2 de noviembre de 1946. Amante de la música religiosa y popular, de Diácono fue director de Coro. Llega junto a su esposa en octubre de 1968.Lamentablemente enviudaría entrando la década del setenta Comenzó a celebrar la Divina Liturgia y a atender a los fieles rumanos primero en la Capilla del Colegio Francia en Caracas y posteriormente en el Templo Parroquial de la Iglesia Católica Romana en La Carlota donde celebraba  la Liturgia los domingos a partir de las doce del mediodía. El Padre Costica vivió durante muchos años en la urbanización Santa Cecilia próximo a la Parroquia y a la Residencia Presidencial de La Casona en la que siempre relataba su experiencia vivida durante el levantamiento militar del 4 de febrero de 1992 en el que perdió su automóvil estacionado en la calle tras ser aplastado por una tanqueta del ejército. Al construirse el Templo “San Constantin y Helena se muda al poblado de la Unión en el municipio el Hatillo lugar que sigue siendo la residencia del párroco de la Iglesia Ortodoxa Rumana. Allí celebrará la Divina Liturgia hasta recibir la jubilación por parte del Patriarcado de Rumania en el año 2008.
         El Padre Costica en su tiempo en Venezuela supo ganar el cariño de su comunidad así como el de los venezolanos que le conocieron. Siempre refería especialmente su agradecimiento a la Iglesia Católica de Venezuela por su hospitalidad y receptividad. Hombre que gustaba de las reuniones así como vestir su sombrero de Pelo e guama (Sombrero nacional de Venezuela paradójicamente elaborado por las grandes firmas de sombreros italianas y austriacas para el consumo venezolano y cuya textura aterciopelada recuerda el fruto del árbol de Guamo) el cual alternaba junto a otro de modelo tejano y que siempre vestía cuando salía sin traje de clérigo en su traje Safary Beage. Cuando vestía con sotana y cruz pectoral siempre acompañaba con el skufo de corte rumano azul o rojo. Hombre abierto y hospitalario ajeno a las disputas y diferencias, aunque a veces su carácter se mostraba terco y poco dado a aceptar los cambios quizás ya producto de su  avanzada edad. Conocí al Padre Costica en una reunión ofrecida por el Consejo de Iglesias Históricas y me invitó a participar en la Liturgia sirviendo como Cantor. Es de esta manera como llegamos a la Iglesia Ortodoxa Rumana.
           Nuestra recepción fue cordial y con la facilidad de contar con las excelentes ediciones de recopilación del canto ortodoxo del Patriarcado Rumano el cual el Padre Costica había traído con la anhelada intención de formar un Coro en Venezuela. Allí conocemos a su amigo y ayudante Nicolai Paraschiv así como a su esposa Mariana y a su hijo Georgi. Nicolai Paraschiv llego a Venezuela junto a su esposa Mariana en 1990, oriundo de Silistra población vecina al Danubio y a Bulgaria. Desde su llegada ayudó al Padre Costica como acólito, lector, chofer y lo que fuera posible efectuar. Hombre vinculado a la actividad comercial por muchos años junto a rumanos y griegos. Nuestros hijos tuvieron la oportunidad de ayudar en el altar como acólitos junto a Georgi y de recitar el Padre Nuestro (Tatal Nostru) tanto en rumano como en español. Rasgo que cabe mencionar de este sacerdote era la participación que daba a los niños durante la Liturgia, aunque a veces no le ayudara lo suficiente la paciencia, sin embargo esto hacía de  la Divina Liturgia un servicio que invitaba a la participación de la familia con la inclusión de los más pequeños. Allí aprendí de la mano del Padre Costica el canto litúrgico rumano así como las oraciones y algo del idioma hasta que me propone prepararme para el diaconado.
            Como es lo usual y lo más conveniente, además de ser parte de los cánones de la Iglesia Ortodoxa, es prepararse primero para las órdenes menores de Lector y Subdiácono por lo que inicio un proceso de preparación de un año para la primera visita que ofreciera el Arzobispo para América y Canadá S.E Nicolae Condrea el viernes 20 de enero de 2006 en una apretada agenda que incluía diversas visitas a autoridades eclesiásticas así como a la Embajada de Rumania. Nuestro recibimiento en el templo lo tuvimos el día sábado 21 donde tuve mi primera reunión privada con el y el día siguiente 22 la celebración de la Divina Liturgia donde me sería conferido el subdiaconado previo al de lector y a Nicolae Paraschiv el lectorado. En esa celebración estuvo reunida la inmensa mayoría de fieles presididos del Doctor Cornelio Popescu, Consejero Cultural de la Embajada y S.E Ioan Les, Embajador. En la tarde la celebración y comida de la comunidad junto a invitados de las otras iglesias.
             Los meses siguientes serían de servicio en el altar y de preparación para el diaconado previo a el viaje a Rumania donde recibiría la ordenación  como Diácono sin embargo ,empiezan a aflorar los primeros problemas. Una minoría de fieles pero con bastante eco dentro de la comunidad inician la presión al Padre Costica para que acepte  su jubilación así como manifiestan su oposición a la ordenación de un venezolano en miras al sacerdocio alegando la necesidad de preservar el idioma y la tradición étnica y cultural dentro de la iglesia lo que hizo enrarecer mucho el ambiente dentro del templo así como a crear inconvenientes en la salud del septuagenario sacerdote. Esta lamentable   actitud contraria al espíritu misionero  y evangélico de la Iglesia, por cuenta de unos pocos, me hizo  meditar y renunciar a la vocación dentro de la Iglesia Ortodoxa Rumana. Esta decisión tomada me llenó de tristeza al dejar una comunidad que había sido tan receptiva y a un Sacerdote, que obviando sus detalles humanos los cuales todos tenemos, creyó en un venezolano, detalle este no muy común hasta ese entonces en las demás iglesias ortodoxas en nuestro país. Otra vez iniciamos este largo éxodo sacudiendo nuestras sandalias y emprendiendo el camino buscando esa anhelada ortodoxia dentro de nuestra realidad latinoamericana.
                A los pocos meses se produce la salida del Padre Costica con la obligada jubilación y la Comunidad se presta a recibir a quien será el próximo  sacerdote de la Iglesia Rumana, el Padre Vasile Lungeanu junto a su esposa Miora y sus hijos. El Padre Costica vuelve a Rumania, aunque de forma periódica visitaria a Venezuela y  a sus numerosos amigos que dejo en estas tierras. Dios y el tiempo me han permitido encontrarme nuevamente con él en Venezuela durante sus visitas y volver a besar su mano ya ahora siendo yo sacerdote y agradeciendole todo lo que con el aprendi.
                 El Padre Vasile y su esposa se establecen en la casa donde durante años vivió el Padre Popa siendo Párroco. La Presbítera Miora ayuda al Padre con su bella voz de soprano como lectora y cantora y junto a ellos tuve el gusto de compartir conciertos de cantos ortodoxos organizados por nuestro Centro Cultural Bizantino San Nicolás de Mira ,tanto durante mi diaconado así como en el presbiterado.
 Sobre la construcción del Templo.
                   La bella construcción del Templo “San Constantino y Elena” en la Lagunita ha convertido a esta zona en un atractivo turístico dado lo exótico y único de este Templo dentro de nuestras tierras. Fuera de Rumania y en América solo hay dos  de este estilo, una en Chicago y la otra en el Municipio El Hatillo cercana a la ciudad de Caracas. Cuarenta metros de alto y  de construcción íntegramente de madera de Pino acompañada de la Troita (conjunto de tres cruces de madera). El Iconostasio así como los diversos iconos fueron pintados por las iconografas y artistas Titiana Nitu Popa y por Mihaela Profiriu. Fue consagrado por el Patriarca Teoctist el 7 de noviembre de 1999. Esta joya única llama la atención en nuestro país donde apenas existe una incipiente comunidad rumana la cual dado los cambios ocurridos en el país han buscado nuevos horizontes en otros países, entre ellos la oriunda Rumania esto ha hecho difícil su mantenimiento dada la poca presencia de rumanos y la fuerte humedad de la zona y del clima subtropical. Por fortuna la Alcaldía del Municipio trabaja en aras de conservarla con los recursos que pueden ser administrados para ello pese a los escasos recursos y los daños a la estructura de madera producto del clima de bosque subtropical de la zona.Lamentablemente dado diversos motivos entre ellos la poca asistencia de los fieles rumanos,la crisis económica del país entre otros han convertido al templo mas en lugar de visitas turísticas que de culto.
                     Este Templo fue posible de construir gracias a las gestiones realizadas por el Doctor Cornelio Popescu siendo Alcalde de Chacao y el Patrocinio del Banco Dacia Falix de Rumania así como de la Alcaldía de El Hatillo. Cabe destacar que el Doctor Popescu es miembro fundador de la Casa Rumana de Venezuela donde fue su Presidente junto a Caius Pria, Alexandru Sandru y Constantino Paul como Vicepresidentes. Una figura pública de Venezuela nacido en Rumania y valorado por ambas naciones por su preocupación de dar el status merecido a su comunidad.
                   Es importante señalar que la Iglesia Ortodoxa Rumana en América Latina posee fieles en numerosos países como Colombia, Brasil, Ecuador, Argentina y Chile entre los que se destacan comerciantes, artistas y músicos a los que debe asistir Venezuela por estar allí el único templo establecido así como su sacerdote y donde en otras oportunidades ha hecho visitas oficiales  su Arzobispo Nicolae Condrea. Sin embargo esto no ha podido llevarse a cabo por lo que sus nacionales deben visitar  y buscar ser asistidos en otras Iglesias Ortodoxas establecidas en esos países.