domingo, 11 de enero de 2015

Arzobispo y Metropolita Chrysostomos de Ecuador y Latinoamerica.

ARZOBISPO METROPOLITA CHRYSÓSTOMOS (CELI)
DE ECUADOR Y LATINOAMÉRICA
Originario de Ecuador, de una familia tradicional y reconocida, siendo muy joven (18) ingresó a un Seminario Católico romano buscando una vida más dedicada a Dios, tras terminar la Filosofía y Teología con el consejo y guia de varios sacerdotes y obispos fundó una comunidad religiosa, que entre sus carismas buscaba profundizar la espiritualidad del oriente cristiano y que se difundió por 11 países, desarrollando igualmente una gran cantidad de conferencias en muchos de ellos y publicando 14 libros, adentrándose incluso en la pintura iconográfica, la cual desarrolló en murales en varios lugares, fue recibido por el Papa Juan Pablo II quien lo animó en su fundación religiosa, en esa búsqueda de las raíces del cristianismo, conoció más a fondo la Iglesia Ortodoxa, sobretodo su liturgia y quedó deslumbrado por ella, gracias a amigos monjes ortodoxos y presbíteros casados de europa,  decidió animado igualmente por clérigos y obispos romanos a convertirse a la Ortodoxia en París, lo que no dejó de sorprender a muchos sectores donde era conocido. Alli conoció a Su Eminencia Iosip Pop,  Metropolita de la Iglesia Ortodoxa Rumana para Europa Occidental, y gracias a él fue admitido en la Iglesia ortodoxa.
Su Eminencia Chrysostomos, en ese entonces bajo su nombre civil de Xavier Celi, Realizó estudios Teológicos en USA, Italia-Roma y Francia-París. Es conocido por sus escritos y conferencias en los ambientes Católico Romanos, así como ahora en la Iglesia Ortodoxa. Fue aceptado monje por el Patriarcado de Rumania, y enviado para establecer un Monasterio para hombres en Ecuador, que tomaría el nombre de la “Anástasis” (Resurrección), su trabajo rápido en contactar y visitar comunidades ortodoxas en latinoamérica lo llevó inmediatamente a recibir las peticiones de muchos sacerdotes de todas las iglesias ortodoxas presentes tanto canónicas, como no canónicas, que esperaban con anhelo que un latinoamericano pueda ser obispo para estas tierras y liberarse del etnicismo, lo que le llevó a intentar aunar esfuerzos para que se establezca una realidad Ortodoxa Latinoamericana, tras encontrarse personalmente con el Patriarca Teoctist en Bucarest y exponer la situación compleja de América Latina referente a la fe Ortodoxa (13-Octubre-2004), conoce de la solicitud por carta de muchos sacerdotes que clamaban por un Obispo Latinoamericano, por ello acepta esta solicitud en su propia persona, reconociendo su indignidad, por petición igualmente de varios obispos, es promovido por la Iglesia Ortodoxa Ucraniana (UAOC-A) y Consagrado Obispo en Kiev por otros 8 Jerarcas (17 Junio 2005), presentando sus cartas credenciales al cuerpo diplomático acreditado en Ecuador (21 de julio 2005) siendo así el primer latinoamericano en la historia que recibe la consagración episcopal de la Iglesia Ortodoxa, tras desarrollar una gran actividad misionera e incansable, fue elevado como Metropólita de Ecuador y Latinoamérica, con administración de todos los territorios desde México a tierra del fuego (22 países), por el Santo Sínodo Metropolitano, de la Iglesia Ortodoxa Griega (GOX), del Calendario Patrístico, entidad reconocida por el estado Griego y de la cual actualmente funge como su vicepresidente. Habla fluidamente 7 idiomas y ha recorrido 54 países.
Ha sido atacado tanto por causa de su conversión a la Ortodoxia, como por su defensa de los valores tradicionales, por lo que personajes de diversos tipos lo han criticado, siempre sin razones de peso. Por igual Jerarcas y laicos lo han defendido con amor. Ya sea porque es uno de los más jóvenes jerarcas de la Iglesia Ortodoxa, o por sus orígenes romanos, o por ser sudamericano, defectos para algunos, y capacidades para otros. El tiempo ha demostrado que algunos jerarcas étnicos no han logrado desarrollar la Iglesia Ortodoxa en Latinoamérica, por razones diversas. Creemos que los años y la verdad, nos demostrarán el trabajo del Metropolita Chrysostomos y su sueño de una Iglesia ortodoxa Latinoamericana es el único camino posible.

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