martes, 13 de enero de 2015

Presentacion.Iglesias y Comunidades Ortodoxas en Venezuela.

                                  
                                       

       Presentación


      La Iglesia Ortodoxa es heredera de la espiritualidad del oriente cristiano desde sus primeros siglos. Pese a sus diferencias entre una y otra dada la autonomía de cada una, se ha mantenido fiel a las enseñanzas de los Padres de la Iglesia y de los Concilios Ecuménicos. Sin embargo divergencias siguen afectando el seno de la unidad en la Iglesia Ortodoxa y una de ellas está en la Visión, es decir, a donde debe ir enfocado el trabajo misionero y como llevarlo a cabo en los países donde la cultura ortodoxa no es la dominante del país.
    En lo particular hemos querido indagar en los comienzos de la Iglesia Ortodoxa en Venezuela y como ha ido desarrollándose en el acontecer histórico del país. Su nacimiento en comunidades y posteriormente en misiones, parroquias o sedes episcopales afrontando el día a día. Además hemos querido dar un merecido lugar a quienes hacen posible la construcción de una Iglesia: sus fieles, servidores y cantores en la que cada quien ha aportado lo más valioso de ellos poniendo en la mesa sus carismas y talentos. Los sacerdotes sin lugar a dudas hacen posible el ejercicio de la Iglesia, sin embargo, hoy están y mañana es posible que no, la comunidad en sí es la arteria por donde corre esa Iglesia. Como venezolano conocedor de la ortodoxia desde su propia identidad cultural (Bulgaria) he querido resaltar la labor de sacerdotes quienes se han destacado por su obra de misioneros y su amor a Venezuela, sean  procedentes de otros países o venezolanos. Por fortuna la posibilidad de sacerdotes ortodoxos de nuestras tierras y que hablan nuestra lengua es cada vez más contundente. Atrás quedaron esos tiempos duros en los que ser ortodoxo y venezolano y más aún sacerdote era visto “raro” por las comunidades étnicas. De esa época cabe destacar la misión llevada a cabo por el Padre Carlos Torres (Vladyka Savas) en tierras zulianas en su Misión bajo la figura de “Iglesia Orthodoxa en Venezuela” posiblemente el primer sacerdote venezolano que camino estas tierras enseñando la fe ortodoxa.


           A lo largo de esta investigación  hemos querido contribuir a la historia escrita de la Iglesia Ortodoxa en Venezuela sin tratar de imponer criterios ni posiciones controversiales, sino al contrario, despejar dudas, incógnitas reconocer los méritos a quienes han obrado como sembradores de esta semilla en las no fáciles tierras de nuestro país y en miras a una mayor hermandad entre las distintas comunidades, las cuales, en ocasiones extraordinarias, han tenido que compartir durante algún tiempo con otros fieles e  incluso participar en  celebraciones en templos de otras jurisdicciones en tanto se llevara a cabo el momento anhelado del templo propio por el cual toda comunidad  debe luchar por conseguir.
         Es bueno aclarar que el  tema de Comunidades e Iglesias Ortodoxas radica no en la presencia de un Templo o no. Iglesia es el conjunto de fieles y sacerdote, no de una determinada construcción de piedra, concreto o madera. De hecho la Iglesia Ortodoxa  Bizantina como elemento misionero contempla el “Antimension”, lienzo con la imagen del Cristo descendido de la Cruz con la firma del Obispo que otorga al Presbítero para que celebre la Liturgia sobre él y la correspondiente partícula de algún santo ortodoxo. Con él el Sacerdote puede visitar ciudades y pueblos y celebrar desde un humilde hogar o espacio dedicado para ello. Así  se inicia toda misión ortodoxa. Comunidad religiosa es aquella congregación de fieles con o sin sacerdote la cual camina con su fe y su identidad cultural. La mayoría de las Iglesias pasan primero por conformar una comunidad lo cual motivará al envío de un sacerdote para ser atendida espiritualmente y tener acceso a los divinos misterios (sacramentos). Muchas comunidades han sido atendidas por sacerdotes de la jurisdicción que les corresponde aunque en ocasiones hayan quedado por algún tiempo sin la atención de un clérigo. De allí que la presencia de un fiel ortodoxo maduro y conocedor de sus oraciones y doctrina haga el soporte a la embarcación de la ortodoxia para no caer en el naufragio de su fe.
     La devoción iconográfica o simplemente “Veneración a las imágenes religiosas” es un aspecto determinante  y de unidad en las iglesias ortodoxas. Atrás quedaron las viejas disputas entre” iconoclastas” e “iconòfilos” sembradas en tiempos en los que el Islam cabalgaba a través de llanuras, montañas y desiertos imponiendo su odio a las imágenes religiosas. Juan Damasceno, el insigne teólogo bizantino, nos enseña con la clara acotación de la “encarnación” donde Dios se ha mostrado en figura humana y tanto sus apóstoles y discípulos dan prueba de ello. Asimismo la representación de la Madre de Dios, vientre receptor del Dios encarnado, nos muestra el paso desde la Anunciación hasta el Pentecostés. Los santos y mártires son memoria y modelo a imitar por los cristianos los cuales mantenemos esa imagen viva gracias a la representación en los iconos. Además de esta gran ventana a la espiritualidad y a su eterna memoria el cristiano ortodoxo ora y contempla permitiéndose salir  de la realidad del mundo.
       La Iconografía permitió, principalmente al cristianismo de los primeros siglos, abarcar una catequesis  plena de imágenes en las que se recorrían las diversas escenas del evangelio, como es en el caso particular de la Iglesia Copta e incluso la Armenia. Todo este pasado y presente permite ubicar al cristiano incluso dentro de los tiempos escatológicos por lo que Ortodoxia sin Iconos es imposible de plantear. Hemos querido por lo tanto desarrollar la importancia de la iconografía dentro de las comunidades que han hecho vida en Venezuela trayendo su ventana espiritual por medio de las devociones o los iconos, algunos de arraigo familiar, los cuales les permite conectarse con la identidad cultural que define al ortodoxo. El elemento de la “Inculturación” a través de las imágenes es parte  de la misión de esa iconografía la cual permite adaptarse a diversas realidades traspasando los límites políticos de los estados y que desde numerosos años han dejado plasmado en los ojos de los fieles aborígenes de lejanas tierras como India, China, Japón, Alaska y en esta nueva región que ya pide su puesto dentro del amplio mapa de la Iglesia Ortodoxa. Es por ello que consideramos primordial, y eso ha sido labor  de nuestro Centro Cultural San Nicolás de Mira así como el de nuestra Metrópolis en Latinoamérica, la educación y la correcta enseñanza de nuestros fieles en la ortodoxia. El conocimiento y el vivir la espiritualidad  permite al cristiano ortodoxo sobrevivir en su fe incluso lejos del acceso a la Liturgia o del Templo, situación lamentable esta, pero que acontece en la historia contemporánea sea por persecuciones de índole religiosa o por la ausencia de un sacerdote.
           





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